En la parabola de los talentos, Jesús cuenta sobre un rey que reparte sus bienes a sus administradores y parte de viaje. Al tiempo regresa. Les toma cuenta de lo que cada uno había producido con lo recibido y les da el reconocimiento acorde a su labor.
Pero hubo uno de ellos que le trajo de vuelta a su rey el único talento (moneda corriente de la época) que se le había entregado. No solo que no recibió reconocimiento, sino que además se quedó sin trabajo.
Pero hubo uno de ellos que le trajo de vuelta a su rey el único talento (moneda corriente de la época) que se le había entregado. No solo que no recibió reconocimiento, sino que además se quedó sin trabajo.
La explicación que intentó dar en su defensa fue: "sabía que eras hombre duro, que siegas donde no sembraste y recoges donde no esparciste.. tuve miedo y escondí el talento que me diste.. aquí tienes lo que es tuyo".
Creo que este hombre no entendió bien cual era su papel de administrador. No se puede negar que fue un excelente cuidador, pero el problema fue que este rey no publicó un aviso pidiendo cuidadores para sus bienes, sino administradores.
Cuando Dios crea al hombre, crea un administrador para la creación que acababa de poner en marcha. Esta idea queda bien clara al ver las palabras que en Genesis 1.26-28 pronuncia sobre la primera pareja :
fructificarse
multiplicarse
llenar la tierra
ejercer autoridad sobre ella
El vigilante de un estacionamiento de autos es un cuidador. Su función consiste en que cuando vayas a buscar tu auto, todavía se encuentre donde y como lo dejaste, darle su paga e irte. Pero un administrador es alguien a quien le pones en su poder algo tuyo para que se mantenga funcionando continuamente y que produzca sin parar.
El administrador, fructifica, multiplica, llena la tierra y ejerce autoridad sobre ella. Nunca dejarías tu empresa o negocio en manos de un cuidador, sino de un administrador que lo haga producir.
Ahora decime:
¿Que sos? ¿Administrador o cuidador?
¿Estas cuidando o administrando tu vida?.
Un cuidador de su vida pasa cada día tratando de evitar que lo dañen lo menos posible, que no lo lastimen demasiado, que no le roben, resumiendo, tratando de sobrevivir.
Por si no lo sabías, Dios te ha dado todo lo que necesitas para ser un administrador y que tu vida pueda dar fruto, multiplicarse y que tengas autoridad en tus decisiones.
Si todavía no lo hiciste, dale el control de tu vida a Dios por medio de Jesucristo, y vas a pasar de cuidador a administrador.
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