La prensa, tras el partido, parecía haber olvidado la hazaña futbolística para enfocarse en la fe de Falcao y de Ríos, quienes asisten a la misma iglesia cada semana y que en los malos momentos siempre supieron llevar una palabra de fe al plantel.
Voy a recordar esta noche como la vez que vi a Dios intervenir en un partido de mi equipo. Algo que hasta anoche me me parecía una locura. Pero, una vez mas, Dios me dejó sin palabras.
Había clima de frustración y de linchamiento, pero Dios y Falca lo volvieron en festejo.
Un par de locos por Jesús se animaron a hablar en medio de un river envuelto en violencia de que las cosas podían cambiar..
Y Dios hizo su partido..
Y demostró junto a los que le creyeron, que las cosas se pueden cambiar aun teniendo a tu propia tribuna en contra.
Cuantas veces esperamos que todos nos palmeen la espalda, que nuestros padres, compañeros, colegas, etc. digan "bien hecho" para poder seguir adelante con algo. Esto es bueno, pero la vida nos muestra que no siempre será así y sin embargo tenemos que persistir aunque seamos los unicos que creemos en lo que hacemos.
La vida y la historia también han demostrado que siempre llega el día de tu reivindicación, y mucho mas cuando te la jugaste por algo que solo vos y Dios creyeron.
Esto es lo que le pasó a Radamel Falcao, a quien me imagino levantando el animo del plantel luego de esas frutrantes e inexplicables derrotas que el rival nos arrebataba en los ultimos minutos. A lo mejor mas de una vez quedó hablando solo, a lo mejor no, o muchas veces se habrá sentido solo al creer que las cosas podían cambiar.
Pero, como una ley infalible, llegó el día en que todo lo hablado en secreto, fue retribuido en publico, y ante las camaras de todos los medios.
Esa fue una gran noche para River y para Falca..
Fue la noche que Dios hizo su partido..
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