sábado, 7 de agosto de 2010

Sobre los absolutos (parte 1)

En el año 1820 el filósofo Hegel dijo: 
"hasta ahora parece que todos los seres humanos estamos siendo empujados a vivir bajo normas que otros han fijado de lo bueno y lo malo. La religión se ha dedicado a definir la conducta de como debemos vivir, que debemos pensar y cómo tenemos que actuar, pero yo declaro que NO DEBE HABER  ABSOLUTOS MORALES"

Por otro lado, en la Biblia encontramos una moral absoluta, y un Dios absoluto. Basta con leer los mandamientos. Dios no propone, no discute, sino que declara.
En esta época, el "delito" mas grande de los cristianos será la proclamación de una verdad absoluta, en medio de un mundo que sostiene una verdad relativa, y por ende, muchas verdades, o mas bien, muchas versiones sobre las distintas verdades humanas. 

El hombre no puede, ni es bueno que, proclame absolutos. Porque siempre tiende a someter a los demas por medio de ellos.
Pero hay morales absolutos que no fueron establecidos por el hombre, pero que están en el hombre, en todo hombre sobre la faz de la tierra. Estos fueron puestos, no por la Iglesia, no por un papa o pastor, sino por Dios mismo. 
Donde hay un hombre, hay una conciencia, y la conciencia se relaciona con lo absoluto. Hay en el universo (la etimología de la palabra lo dice: uni-verso: una verdad) una verdad absoluta, tan absoluta como las leyes de la gravedad (¿o alguno cree que la gravedad es relativa?), el universo está unido por una misma verdad que está presente en toda su expansión.
Entonces, no hay absolutos humanos, pero si los hay divinos. 
En cuanto a ellos, no debe tampoco intentar controlarlos, porque ellos están para mostrarle al hombre que hay un Dios absoluto, y que el hombre no se encuentra en condiciones favorables ante él. Ese conocimiento nos lleva a buscarle para poder encontrar redención y santificación en él. 
Seguí la verdad que Dios te permite ver, desde tu conciencia misma, hasta la revelada en las Escrituras. 

Romanos 1. 19-22
porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó. 
Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa.
Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido.
Profesando ser sabios, se hicieron necios,
Romanos 2.14-16
Porque cuando los gentiles que no tienen ley, hacen por naturaleza lo que es de la ley, éstos, aunque no tengan ley, son ley para sí mismos,
mostrando la obra de la ley escrita en sus corazones, dando testimonio su conciencia, y acusándoles o defendiéndoles sus razonamientos,
en el día en que Dios juzgará por Jesucristo los secretos de los hombres, conforme a mi evangelio
 Romanos 3.23-25
por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios,
siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús,
a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados



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