miércoles, 25 de junio de 2003

Dos lugares de festejo

Seguramente la viste en la apertura de algún programa deportivo o en la historia de los mundiales. Año 1994. Argentina golea a Grecia y un furioso Diego Maradona en su grito de gol corre directamente hacia una de las cámaras que circundan el campo de juego dejando estampada una imagen que recorrería el mundo. Con toda la bronca como si se lo estuviera dedicando a alguien muy especial. No se sabe si es para algún enemigo o amigo, solo Diego sabe ante quien estaba cara a cara a través de esa cámara.
Aquella vez, la tribuna argentina tembló, como también quienes lo vimos por TV. Pero gritar un gol desde el mismo campo de juego es un placer reservado solo para unos pocos.
Los de la tribuna pueden ser miles o millones. Pero en el campo siempre habrá dos equipos de 11. No son 11 predestinados, sino que son los que aprobaron las materias, son los que saltaron obstáculos imposibles por poder estar ahí.
Podemos ver el triunfo desde el asiento del publico o en la carne de los 11. Podemos ser de los que leen y enseñan la historia, o hacerla. ¿Que es lo que hace la diferencia?.

Disciplina y obediencia
En primer lugar, ser un jugador profesional requiere disciplina y obediencia. Algunos son poco habilidosos, pero la disciplina y el intenso entrenamiento, en algunos casos, hace mucho.
Por otro lado, hay quienes son muy talentosos pero se resisten a la disciplina o no son obedientes al DT y eso les acarrea muchos problemas. Este es un punto en el que muchos fracasan y no logran adaptarse al fútbol profesional.

Estar entre los 11 es para los que se la juegan a "todo o nada".
Para estar entre los 11 de un equipo de primera division hay que dejar todo. Hay jóvenes de las provincias que dejan estudios, trabajos, novia, amigos, su ciudad, su familia, etc por ir a jugar a los equipos de la Capital o de otro país.
Hay un deportista de mi ciudad que ha llegado a levantar la copa del mundo en el Mundial 78. Hay otro que ya esta en Europa, y hay quienes triunfaron en el automovilismo, pelota paleta, etc. Aunque sobre el final lograron cosas grandes, en el principio les ha costado todo.

Eliseo fue un hombre de las ligas mayores.
Pero al comienzo de su carrera Eliseo sacrificó los bueyes con que araba y que los asó usando como leña la madera de los arados para luego darlo de comer al pueblo. Alguno de nosotros, quiza se guardaría un depósito o algun capital "por las dudas". Pero al hacer esto Eliseo se estaba jugando el todo por el todo. Si le iba mal con Elías, no le quedaba nada.
Dejar un buen trabajo y posición por seguir a un hombre que apenas conocía, que ni siquiera emplea palabras al momento del llamado, realmente es jugarse y dejar todo por pertenecer a las ligas mayores del Reino de los Cielos.

Una generación de primera A
Si pagas el precio para ser jugador, vas a saber lo que es festejar con la camiseta puesta en medio del campo de juego. Si solo te atreviste a pagar precio de plateísta, tendrás que conformarte con festejar los goles pero no vas a convertir ninguno.
Dios está levantando una generación de jóvenes como Eliseo para jugar en la Primera A. Ellos van a dejarlo todo por pertenecer al mas grande y poderoso ejército que va a levantar la pesca milagrosa del siglo XXI.
No importa que seas muy o poco habilidoso, no cuenta tanto eso.
Si cuenta que seas entendido en los tiempos y lo decidido que estés a no dejar pasar un minuto mas sin clamar diciendo "Señor, quiero ser parte de este plan".
Si cuenta también que lo dejes todo en una actitud de fe obediente y te sometas incondicionalmente al entrenamiento del Espíritu Santo.
El ejército de este tiempo no se conformará con verlo desde la platea, por mas cómoda que ésta sea. Este ejército está dispuesto a pagar el precio de la titularidad a todo o nada.
El resto simplemente verá desde su asiento como otro hace las jugadas y los goles que a ellos les tocaba hacer.

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